domingo, 29 de junio de 2014

Hubiera

Hubiera querido
nacer
en el polo norte
de los acantilados,
en el medio
de los días,
en el bermellón
salvaje
de ultramar,
en las trastiendas
penúltimas
de la risa
con el agua al cuello.
Hubiera podido
mirarme a los ojos
sin chispear
y sin moretones.



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