Un torbellino me arranca
un yunque atado a mi pie.
¿Quién roba hoy tus ojos?
¿Quién tiene tu halo al alcance de la mano y te deja ir?
No puedo llorar lo que no tengo,
no puedo gritar el nombre que guardás en tus párpados.
Tu pelo es imperfecto
y mis ojos rengos.
Estúpida
corta mano
que me lleva
a esperar no sé qué cosa.
¿Y yo quiero tocarte?
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