Cosas cuir. Para mi cumpleaños de 6, mi madre alquiló un salón cerca de mi casa, un salón chico, de barrio, que ofrecía el servicio de lo que se llamaba Animador -creo que todavía existe esa figura en algunos cumpleaños infantiles-. Recuerdo que la acompañé a verlo y a contratar el servicio.
La señora, dueña del salón, luego de conversar un rato con mi madre, me preguntó qué personaje quería que viniera a mi cumpleaños. Yo le dije sin dudar, El Hombre Araña (que esperaba fuera el verdadero, por supuesto). Ella rió y me dijo, no, El Hombre Araña viene para los nenes; para las nenas puede venir una princesa o la Mujer Maravilla.
Yo no entendía de qué me hablaba. Yo quería al Hombre Araña, nada más. La Mujer Maravilla me sonaba, sí, pero no la quería invitar a mi cumpleaños. Quiero al Hombre Araña, dije otra vez, mirando a mi madre. Mi madre entendía, lo sé. Me miró, miró a la señora que seguía en la misma posición, volvió a mirarme y me dijo, bueno, va a venir La Mujer Maravilla, no pueden venir Superman ni el Hombre Araña.
Recuerdo que me enojé, mucho, y me dolió. Recuerdo que después, efectivamente, a mi cumpleaños vino La Mujer Maravilla y la toleré como quien recibe a unx pariente coladx en la fiesta. Incluso jugué a sus juegos y todo. Pero recuerdo mi sensación de sinsabor, tan propio de la infancia. Y recuerdo que ya pasado el cumpleaños, seguí preguntándole a mi madre porqué no había podido venir El Hombre Araña, qué había de malo en que hubiera venido. Quizás sus explicaciones o los silencios. Sé que para ella no era tan importante, no le hubiera molestado que viniera, pero hizo lo que pudo.
Hoy con 37 años, recuerdo esta pequeña experiencia que viví en carne propia y por la que tanto se lucha hoy en las calles, y hay tanto meme y frase dando vueltas. Aclaro, que actualmente también cuestiono y critico las figuras de superhéroes y heroínas, princesas, príncipes, etc en sí, pero no es eso lo que quiero destacar de este recuerdo. Lo comparto porque me confirma que no es ahora, porque “está de moda” (como dicen algunxs) que cuestiono estas cosas. Lo vengo haciendo hace 31 años.
[Texto escrito en abril de 2019]
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