sábado, 17 de agosto de 2019

Fui a un baño que estaba afuera.
Era una casilla de cemento sin revocar.
Entré a hacer pis
triste y frustrada.
Mientras bajaba mis pantalones,
vi en el fondo del inodoro
el número 777.
Unos niños golpearon la puerta.
La puerta tenía un agujero grande, alargado
y pensé que podrían verme.
Desistí de hacer pis.
Volví a acomodarme la ropa y salí.
Los niños que esperaban afuera
estaban alborotados.
Uno de ellos entró.
“¿qué es el número 777?”, gritó
Yo, rendida y sin mirarlo, con voz seria
dije “el Cielo”
pero no me escuchó.
“De los niños es el Reino de los Cielos”, recordé
y me fui
caminando
porque no soy niño.