En otro tiempo
podía llorar
naturalmente
o comer
como se come
naturalmente.
Te digo,
no jugaba
con tijeras
ni agujas.
Porque estabas.
Y sé muy bien que hoy no estás
porque así lo quise.
No pude impedirlo.
Así,
de un día
para el otro
te caíste de mi boca.
Fueron meses,
años.
Te caíste
de mis manos.
Yo hacía
malabares.
Un espectáculo
sin público.
Un telón
abierto.
Un teatro
desmantelado.
Así.
Como un sueño
que se borra.
Te caíste
y vomitaba
involuntaria,
incontroladamente.
Te escurriste
entre mis dedos,
-no dejo de apretármelos
contra el piso,
tardía
inútil-.
Te fuiste un día
con muebles
y mochila.
No te empujé.
Te caíste
sólo
por el hueco del ascensor.
Yo sólo abrí la puerta.
Suicidarme hubiera sido poco.
Elegí caer.
Me hice
lenta y pálida,
transparente.
Y seguí cayendo.
Una
y otra
y otra
vez.
En ese hueco.
Pero ya no.
Hoy elijo cerrarte
porque la poesía
así me lo demanda.
podía llorar
naturalmente
o comer
como se come
naturalmente.
no jugaba
con tijeras
ni agujas.
Porque estabas.
porque así lo quise.
de un día
para el otro
te caíste de mi boca.
años.
de mis manos.
malabares.
sin público.
Un telón
abierto.
Un teatro
desmantelado.
Como un sueño
que se borra.
y vomitaba
involuntaria,
incontroladamente.
entre mis dedos,
contra el piso,
tardía
inútil-.
con muebles
y mochila.
sólo
por el hueco del ascensor.
Yo sólo abrí la puerta.
lenta y pálida,
transparente.
y otra
y otra
vez.
porque la poesía
así me lo demanda.