Nunca hubo un puente;
sólo un hilo delgadísimo
atado a tu dedo.
-lo único que pude armar-
Tu cuerpo me acecha
desde un rincón inesperado
pero ningún movimiento
me lleva a tus brazos.
-me vuelvo maquinal-
Camino por veredas ciegas
pensando tus ojos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario